Agosto 11-2020.
El desarrollo de las actividades debe enviarse a los siguientes correos
y debe subirse el desarrollo de las actividades al respectivo classroom de cada grupo.
Lee los textos y haz un comentario respecto del mismo, si el tema que tratan es ono importante para tu vida y tu formación y argumenta el porqué lo es o no
Realiza los puntos titulados Piensa Éticamente.
LA ADOLESCENCIA, UNA AVENTURA DE EMOCIONES
La adolescencia es la etapa de la vida que sigue a la niñez y abarca desde el inicio
de la pubertad, a los 12 años, hasta cuando se ha alcanzado la madurez biológica, alrededor de los 19 años de edad. En otras palabras, la adolescencia constituye la transición entre el niño y el adulto. Luego de pasar por la adolescencia, los adultos jóvenes expresan que entrar
en ella es realmente como iniciar una aventura, que tiene momentos bellos, intensos, así como momentos difíciles, de incertidumbre y mucho temor. Es una aventura, porque el adolescente comienza a caminar solo, un poco más lejos de sus padres y de su casa.
Cuando se llega a la adolescencia, parece que todo cambia; la forma de sentir, todo adquiere mayor importancia, la manera como los adolescentes se juzgan a sí mismos y a los demás, es distinta, así como la forma de relacionarse con sus amigos, padres, hermanos y con el mundo en general. Es una etapa llena de sentimientos encontrados, por un lado de satisfacción, pues sienten que han crecido y pueden ser independientes, y por otro, también de inseguridad y temor frente a esa realidad.
En medio de tantos cambios, conocer los sentimientos de los adolescentes no es una tarea sencilla; por lo general se muestran rebeldes, deciden no hablar mucho de sí mismos ni de sus asuntos y mantener distancia de sus padres, a quienes generalmente sorprende y asusta esta nueva actitud de sus hijos. Cuando los niños crecen y alcanzan la adolescencia y la juventud, se pone a prueba su inteligencia emocional, porque las relaciones entre los miembros de la familia comienzan a estar mediadas por la crítica. Los jóvenes tienen nuevas habilidades intelectuales. Antes veían a sus padres como superhéroes y querían ser como ellos cuando se hicieran grandes; ahora los ven como seres humanos comunes, con los que resulta difícil hablar, entenderse y que los entiendan; se dan cuenta de que se equivocan y cometen errores.
Muchos jóvenes se vuelven silenciosos en el ámbito familiar y poco dispuestos a cooperar en las tareas del hogar; sus padres comienzan a criticar y a sancionar esa conducta, por lo que algunos manifiestan que no son queridos ni comprendidos. Ahora tienen la necesidad de separarse de sus familiares, sentirse ellos mismos; generalmente, pasan más tiempo con sus
amistades e inician noviazgos; pero en los momentos en que aparecen sentimientos de temor o fragilidad, de impaciencia, ira o cuando enfrentan problemas de difícil solución, vuelven la mirada a sus padres, familiares y adultos, en quienes creen que pueden confiar.
Piensa éticamente
Los sentimientos son naturales. Están ahí, dentro de cada cual. Son experiencias personales. Es normal, útil y aceptable sentir una emoción, cualquiera que sea: agradable o desagradable. Todos los sentimientos y emociones son válidos, y son las conductas de las personas frente
a ellos las que pueden ser consideradas como aceptables o no.
1. Seguramente alguna vez habrás experimentado miedo, tristeza, rabia, o deseo, amor y alegría.
• Elabora una definición para cada uno de
estos sentimientos.
• Describe cómo te sientes cuando los experimentas.
2. Señala en el siguiente cuadro, los aspectos positivos y negativos de los
sentimientos que se citan.
Sentimientos Positivo Negativo
Miedo
Tristeza
Felicidad
Rabia
Educar los sentimientos mejora las relaciones interpersonales Las personas se preguntan qué es lo que determina que algunos individuos independientemente de su cultura, estrato social o historia personal, reaccionen frente a problemas o desafíos de manera inteligente, creativa y conciliadora. También por qué algunas personas tienen más desarrollada que otras, una habilidad especial que les permite relacionarse bien con otros, aunque no sean las que más se destacan por su inteligencia. ¿Por qué unos son más capaces que otros para enfrentar dificultades o superar obstáculos, y ver los problemas de la vida de un modo tan distinto?
La respuesta a estos interrogantes está en la habilidad que estas personas han desarrollado para conocer y manejar sus propios sentimientos, capacidad para analizar y enfrentar los sentimientos de los demás, sentirse satisfechos con sus logros, sin dejar de tener aspiraciones nuevas y ser eficaces y productivos en la vida. En síntesis, esto es lo que los estudiosos han llamado la inteligencia emocional.
Otras habilidades que caracterizan la inteligencia emocional son la suficiente motivación y persistencia en los proyectos, resistencia a las frustraciones, el control de los impulsos y la
regulación del humor.
Los seres humanos están dotados de inteligencia racional e inteligencia emocional; la primera tiene una fuerte carga genética, es decir, está más influenciada por la herencia y por tanto es menos modificable. En cambio, la inteligencia emocional estaría más influenciada por el ambiente familiar y social en el que crecen las personas y por tanto es susceptible de ser modificada, tanto por nuestra propia voluntad como por agentes externos.
El primer paso para educar los sentimientos consiste en reconocerlos, para controlarlos, manejarlos y solucionar la situación que los provoca. El sentimiento no tiene por qué ser una expresión de cursilería, blandengue y azucarada; se trata de una poderosa realidad humana que es preciso educar, pues son los sentimientos los que con más fuerza impulsan a los jóvenes a actuar.
Pensar con inteligencia sobre la vida emocional, ayuda a solucionar eficazmente los problemas y a mejorar la vida afectiva.
En este proceso de educación de los sentimientos y las emociones, la familia y la institución educativa como segundo agente formador, juegan un papel fundamental. Se ha demostrado que los niños y jóvenes con una educación emocional positiva, muestran mayor capacidad intelectual. La falta de control de las emociones puede desbordar la razón y llevarlos a actuar de manera irracional, adoptando comportamientos violentos y de irano controlada, a tener miedo de relacionarse con otros y finalmente al fracaso personal. Aprender a manejar los sentimientos y las emociones, no significa reprimirlos. Significa analizar su conveniencia y adecuar su expresión.
Piensa éticamente
Tu conducta o la de tus amigos son un indicador de cómo se están sintiendo.
Piensa si tú o tus amigos han vivido situaciones como las que se describen a continuación y analiza sus posibles causas.
¿Cómo reaccionaron tus padres?
¿De qué manera se vieron afectadas las relaciones consigo mismo y con los demás?
• Estás cansado sin ninguna razón que lo justifique.
• Te sientes enojado y respondes con agresividad.
• No quieres hacer nada.
• Tus padres y familiares te preguntan con frecuencia
por qué estás triste o enojado.
• Estás sudando sin motivo aparente.
• Tienes las manos más frías que de costumbre y
no está haciendo frío.
• Todo te hace llorar, incluso las películas.
• No quieres hablar con nadie.
• Gritaste al maestro que más aprecias.
• Te disgustaste con tus amigos.
Aprendiendo con...
Jaime Jaramillo, o “papá Jaramillo”
como lo llaman cariñosamente los niños, es un ingeniero
geofísico y de petróleos colombiano, que ha dedicado
gran parte de su vida a la rehabilitación de los niños
habitantes de la calle, a través de la Fundación Niños de
los Andes, que tiene su sede principal en Bogotá, D.C.
Jaime Jaramillo en su libro Te amo... pero soy feliz sin
ti, sostiene que debemos evitar dos grandes enemigos:
los apegos y el miedo. Según él, la mayoría de nosotros
vivimos inconscientes y dormidos, pero no lo sabemos.
Por ello creemos que el apego es algo natural con lo
que nacemos, sin entender que es creado por la mente,
se nutre del miedo y es responsable de buena parte de
nuestros dolores y sufrimientos.
Por eso cuando depositamos la felicidad en manos de
nuestros seres queridos o de los objetos materiales,
si en un momento dado desaparecen o amenazan con
hacerlo, sentimos miedo y un gran vacío interior.
Al respecto, Jaramillo sugiere aprender a conocer
nuestras emociones y evitar aquellas que nos puedan
dañar, con la ayuda de la meditación, imaginando esas
realidades que deseamos y sirviendo a los demás, sin
permitir que nada perturbe nuestra tranquilidad, y sin
quedarse en el dolor o el sentimiento negativo.
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